"Message in a bottle, yeah"
- Sting -
Un servidor, desde su pequeña isla vital donde vive en soledad con sus pensamientos, de vez en cuando es capaz de materializar alguno de ellos y plasmarlo sobre el papel (o un documento virtual con esto de la tecnología), dando lugar a una carta sin destinatario, contenedora de alguna pequeña verdad descubierta en el devenir cotidiano de su existencia, escrita con sangre, firmada con sudor, y finalmente impregnada con unas gotas de la más pura esencia de su alma.
Luego, una vez enrollado el papel (o comprimido el documento), lo deposita en el estómago de una diáfana y metafórica botella de cristal, de esas de las que de vez en cuando bebe tal vez para olvidar, y así finalmente, la arroja con fuerza hacia las turbulentas aguas del mar de la incomprensión, con la única esperanza de que acabe por perderse en la inmensidad del olvido. Un mensaje para nadie, o tal vez para si mismo.
Pero en ocasiones, una de esas botellas que consigue sobrevivir a la pleamar y el violento oleaje, acaba por salir a flote y consigue llegar hasta una remota orilla, donde por ¿casualidad? algún joven espíritu buscador de tesoros, de bolsillos vacíos y corazón lleno de ilusiones, la descubre con sorpresa.
Así, mientras destapa el corcho y hurga en el vientre de esa preñada botella, consciente de que no encontrará nada tan valioso como para cambiar trascendentalmente su vida de la noche a la mañana, no puede evitar sin embargo, experimentar un cierto grado de emoción ante la incertidumbre.
Una vez descubierto y leído el mensaje, vuelve por un momento a la realidad, satisfecho con la idea de que al menos, encontró algo que necesitaba aún sin saberlo: Un pensamiento, pariente lejano del suyo propio, de parte de otro ser que, desde algún recóndito rincón del mundo, parece decirle: "Soy como tú. Sigue buscando. No te rindas."
Dos personas unidas por el pensamiento a través de la inmensidad. Una auténtica conexión humana, más allá de ultramar...
Gracias a todos vosotros, mis queridos amigos desconocidos alrededor del mundo, que aún sin saber dónde ni cómo, habéis encontrado alguno de mis mensajes embotellados y de alguna manera me habéis respondido con vuestro cariño y atención, estableciendo una verdadera red de conexiones humanas.
GRACIAS CON EL CORAZÓN.
Ánimo con vuestras batallas cotidianas.
Álvaro Liétor
Psicólogo, Formador, Escritor y Músico.
¿TE VAS A IR SIN COMENTAR? QUEREMOS SABER TU OPINIÓN
Imagen 1. Autor: Desconocido. Tomada prestada de fuente.
Imagen 2. Propiedad exclusiva de "introvisiones.com".
Contenidos registrados excepto elementos prestados de terceros. Todos los derechos reservados.
© introvisiones.com 2019
